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PINGÜINOS DE MALVAVISCO O MARSHMALLOWS

¿Conoces los malvaviscos? Son esas nubecitas de golosina tan populares también conocidas como almohaditas o jamoncitos y que tanto salen en las pelis cuando hacen escenas de fogata y campamento donde han de aparecer niños comiendo malvaviscos asados.

Y aunque penséis que son un dulce tradicional made in USA, fueron inventadas en el antiguo Egipto. Sí, hace miles de años ya comían malvaviscos. Y era una golosina tan exquisita que era reservada para la realeza y las ofrendas a los dioses, claro que era un tanto distinta pues se elaboraban a partir del estrato de la raíz de la planta malvavisco, conocida como hierba cañamera, aprovechada por sus propiedades medicinales para curar la tos, el asma y gargantas irritadas.

Desafortunadamente, en la actualidad la mayoría de los malvaviscos ya están elaborados con ingredientes hiperprocesados, gelatina de origen animal y espolvoreados con mucho gluten, pero lo bueno es que existe una alternativa saludable y deliciosa y es que existen malvaviscos endulzados con estevia, sin gelatina y sin gluten, es decir aptas para diabéticos, veganos y celiacos.

Hay muchas maneras de poder comer estas nubecitas, asadas, con coco, con chocolate caliente en invierno o crujiente fresquito ahora en verano. Os enseñamos cómo podéis presentar estas golosinas para una tarde especial en forma de pingüinos veraniegos. Es muy fácil.

Sólo necesitarás: malvaviscos, chocolate de repostería para fundir, lacasitos de colores y ojos de repostería.

  1. Derrita el chocolate a fuego lento. Una vez derretido, sumerge tres lados del malvavisco en chocolate.

  1. Para el pico, corta un caramelo de chocolate cubierto de concha naranja o amarillo por la mitad y colócalo en el lado corto que está cubierto de chocolate. Presione dos caramelos para los ojos (que se encuentran en las tiendas de repostería y artesanía) sobre el pico.

  1. Sumerja el fondo del malvavisco en chocolate y colóquelo sobre galletas al estilo de los Pretzel Crisps®. Permita que el chocolate se endurezca en el refrigerador, luego sirva.

¡Mmm, buenísimos!.